Masayuki Kawai, Presidente de Mitsubishi Electric Europe/España |
[...] "Si el programa de Nava era poco orgánico, pasaba justo lo contrario en el recital del guitarrista gallego Samuel Diz, en quién recayó el Premio de la Crítica. Con un desparpajo natural sobre el escenario, Diz hizo las delicias del público con su cuidadísimo sonido y con una extremada sensibilidad. Tanto a nivel musical como verbal, Samuel Diz tiene unas notables dotes de comunicador, que revelan una personalidad amable y sencilla. A pesar de una referencia sobrera a los patrocinadores que hacen posible el certamen y una dedicatoria familiar extemporánea, Diz explicó la evolución del lenguaje guitarrístico desde Tárrega al joven Fernando Buide (fantástico su Nocturnal), pasando por Falla, Mompou y por una interpretación excepcional de las Cinco canciones españolas de Federico García Lorca." Josep Barcons, Revista Musical Catalana
Sona la cobla, dansen les sardanes, truinfan els castells
Esa es la fecha que da comienzo a mi diario personal en la ciutat, un diario con numerosas vivencias y experiencias impregnadas en sus páginas, desde las perspectivas foráneas y turísticas en el Barri Gòtic o Eixample, a la noche más underground y emergente del Raval.
Y fue en una de esas veladas en donde descubrí el verdadero significado y emoción de la poesía, a través de la palabra de un artista apuesto en el escenario, con seguridad y firmeza, aunque no fuese lo buscado por él: Marçal Font i Espí. Un primer y superfluo intercambio profesional se desarrolló en una estrecha amistad, siendo Marçal una de las personas más cultas y "raras" que he conocido en mi vida. Y fue él mismo, el que un día me sorprende con: "estaré en primera fila el día que toques en El Palau".
- ¿El Palau? ¿Puede ser eso real?
- Tan real como me llamo Marçal…
¡Esas palabras se quedaron grabadas en mi memoria sonora!
La misma memoria sonora, que entre sus archivos guarda la voz femenina, con ese marcado acento ya familiar, que en una mañana del mes de julio me sorprende con:
- Buenos días, ¿es usted Samuel Diz?
- Buenos días, el mismo.
- Le llamo para notificarle que ha sido seleccionado para la próxima edición del El Primer Palau.
- ¿Cómo? Necesito un minuto, por favor…
Y es que llamadas de esta índole no las recibe uno todos los días. ¿Tuvo Marçal una epifanía? ¿O fue mi querido amigo quien sembró la semilla de una inquietud y sueño personal? ¡El qué no lo sé, pero sí que fue él la primera persona a la que llamé para contarle la feliz noticia!
Estoy seguro que muchos de los queridos lectores han estado en este precioso y emblemático edificio, han asistido a algún concierto, o simplemente han tomado una instantánea fotográfica de su personal fachada. Personalmente, todavía recuerdo mi primer contacto, con dos mujeres a las que admiro en el escenario, Silvia Pérez Cruz y Dulce Pontes. Dos voces que pusieron los primeros acordes de una partitura llena de contrapuntos, con diferentes motivos melódicos dispares: Grigory Sokolov, Pablo Milanés, Philip Glass…
Fuente: Biblioteca digital de l'Orfeó Catalá |
Tirando de hemeroteca y archivos… descubro que un 09 de diciembre de 1924 Miquel Llobet -brillante guitarrista, discípulo de Tárrega- insinuaba públicamente a su amigo Frederic Mompou a que se fijase en los colores y timbres de la guitarra para sus composiciones, interpretando un arreglo de La Barca, perteneciente a la colección Impresiones íntimas. Pero no sería hasta la década de los 60', y para Andrés Segovia en esta ocasión, cuando el pianista catalán tomo la guitarra en sus manos con pentagrama en blanco, para escribir la Suite Compostelana, una obra que podría resumir parte de su experiencia tras su paso por Santiago de Compostela. En ese mismo programa de concierto, podemos observar igualmente como Miquel Llobet incluye el Homenaje por "Le tombeau de Claude Debussy" de Manuel de Falla, estrenado en 1921 en el Teatro Principal de Burgos.
Dos páginas en homenaje al gran compositor y pianista francés, profundo mentor del maestro gaditano, por las que el músico y poeta granadino Federico García Lorca sentía un gran respeto y admiración:
"No se puede usted imaginar como le recuerdo cuando toco la guitarra y quiero sacar ¡a la fuerza! su maravilloso Homenaje a Debussy, del que no consigo más que las primeras notas, ¡es verdaderamente gracioso! Mi madre se desespera y esconde la guitarra en el sitio más raro de la casa".
Dos páginas que marcaron un antes y un después en la historia de la guitarra. Dos páginas que respondieron a la demanda artística de Pablo Picasso de elevar la guitarra como símbolo del modernismo, a quien Falla no había conocido hasta 1919, en un encuentro madrileño propiciado por el desarrollo de los Ballets Rusos. Es en el Palau, donde el 05 de noviembre de 1926 se realiza el estreno absoluto del Concerto para clave de Falla, con él mismo a la batuta, junto a la solista Wanda Landowska, quien confesó que consideraba esta obra como "la primera composición de esencia moderna concebida para un instrumento antiguo, el clave […] en cierto modo, el símbolo de un renacimiento".
Federico Mompou en El Palau de la Música Catalana. Fuente: El País |
¿Qué significa pues, para mi, haber recibido esa llamada?
Un renacer en mis inquietudes, en mi búsqueda interior, en mis deseos y sueños. El renacer en mis agradecimientos a todas las personas que día a día me apoyan en esta carrera de fondo, donde mis padres y hermana forman la caballería ligera, triunfo a triunfo, fracaso a fracaso.
El sentirse afortunado de poder vivir un sueño, del que no sé que día me despertaré, o si quizás el sueño es una verdadera realidad, reflejado en palabras del propio Lorca: "Empieza el llanto de la guitarra. Es inútil callarla".
El poder sentir, una responsabilidad muy grande.
El poder vivir, una experiencia inolvidable.
El poder tocar, El Primer Palau.
De cor, moltes gràcies!!
Carta manuscrita de Federico García Lorca a Manuel de Falla. Fuente Archivo Manuel de Falla |